jueves, 2 de junio de 2011

Siempre me hacía sonreír, sin ni siquiera conocerme.

Siempre llegaba a casa cansada, con el ánimo decaído y el abatimiento engulliendo toda la energía que quedaba en mi maltrecho cuerpo. Cada noche parecía la misma. Me duchaba, dejando que el agua eliminase toda la suciedad de la sociedad putrefacta que se adhiere a nuestra piel sin querer, me ponía en pijama dejando claro a las estrellas que iba a tener dulces sueños y cenaba poco, aunque luego caía en la tentación de darme un gusto con un helado de vainilla. Acto seguido, continuaba mi ritual de buenas noches asomándome a la ventana.
Ésa noche hacía frío y el aire se colaba entre las ramas de los árboles como la singonía de una flauta dulce a través de las aperturas. Me revolvía el cabello rojo oscuro, que se me pegaba al rostro con suavidad. El paisaje era siempre el mismo y siempre estaba él para completarlo. Encajaba tan perfecto como una pieza de un puzzle inacabado, que sólo fuese finalizado con la belleza de sus rasgos delgados y duros.
El joven se sentaba frente a mi casa, apoyándo la espalda en la pared de ladrillo de los pisos nuevos. Tenía el pelo negro y ya le tapaba los ojos, azules y brillantes, semejantes al agua del mar, salada como las lágrimas que caían a veces por sus mejillas. Pero él nunca dejaban que corrieran. Llevaba allí más de diez años, y noche tras noche él acudía a su cita con la luna. No tenía nunca nada que llevarse a la boca y no le protestaba al aire por ser tan frío; miraba sin ver, y a sus ojos no podía llegar más imágen que la que éwl mismo ofrecía, sin embargo, tiene mucho tiempo para oír la rapsodia de la calle y reconocía a cada vecino que allí vivía.
No quería ayuda de nadie y la beneficencia no era para él un recurso indispensable. No iba al comedor social, ni pedía limosna; se limitaba a estar ahí sentado. A las espaldas, algunos lo criticaban y le decían sucio y piojoso, no querían respirar su mismo aire y lo llamaban estúpido pobre. Pero ellos son tan pobres que sólo tienen dinero.
Él era la imagen del valor, de los héroes sin capa y espada, de los reyes sin corona, de los ángeles sin alas. Guardián de la calle que nunca descansaba; que dormía al raso frío y no conocía la palabra humildad. Sin emabrgo, nunca vi una persona tan desconocida y cercana.

4 comentarios:

  1. He leído el relato y ME HA ENCANTADO. Sí, en mayúsculas porque te lo mereces, de verdad. Lo que más me ha gustado ha sido el principio y el final. Creo que ahí es donde más te has lucido. Sin embargo, te he visto un par de errores:
    -"...éwl mismo ofrecía...". Se te ha colado la "w".
    -"...de los árboles como la singonía de una flauta dulce...". Es "sinfonía", con "f", con con "g". Supongo que también se te habrá colado.
    Lo demás está perfecto. :)
    ¡Un beso!

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  2. :O Si es que te adoro , me encanta , me encanta ;D el final ha sido impactante si es que tienes una imaginacion inigualable ;D me encantan tus descripciones que me hacen meterme completamente en la historia

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  3. Sienna ^^
    Me he pasado a visitar tu blog y no me esperaba la profundidad de este relato, la fuerza de transmitir "no es más pobre el que menos tiene sino el que menos necesita" (como dice el anuncio no? XD)
    Iba a mencionarte las erratillas pero ya vi que lo ha hecho katia así que sólo me queda felicitarte por el relato (: Ah y te aviso de que he actualizado en mi blog aunque si después consigo que me funcione tuenti avisaré por allí ^^

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  4. POr fín he podido pasarme y la verdad es que me ha dejado anonadada el blopg, no se porque no me lo esperaba así y me ha encantado la profundidad de este escrito ( que es el primero que he leido y no será el último, lo garantizo)
    Seguire leyendo en cuanto me sea posible.
    Un abrazo enorme!

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